Buenas a todas/os. Acabo de subir al desván para comprobar que está todo en orden después de tantos días de ausencia. Y por supuesto para desearos una feliz salida y entrada de años. Ya sé que es un tópico pero no por ello deja de ser un deseo sincero hacia todas/os los que tenéis a bien dejaros caer por este modesto rincón de la blogosfera. Gracias por visitar esta vuestra casa durante todo este año que se nos va en pocas horas. Espero que os hayan quedado ganas de repetir el próximo.
Se acercan fechas de reuniones, comidas y cenas familiares, descanso... en resumen, de intentar desconectar de la rutina diaria y aprovechar el tiempo de otra manera.
A mí no me gustan especialmente estas fiestas, sobre todo desde que empezaron a faltar algunos de mis seres queridos. Por eso, me dedico a descansar y disfrutar de las vacaciones. Dejaré de publicar durante unos días, aunque pasaré por aquí de vez en cuando para actualizar algunos de los chismes que adornan el desván.
FELIZ NAVIDAD a todos. Ya volveré para felicitaros el año. Os dejo con una preciosa versión de una de las más bellas canciones jamás compuesta. Paz y amor. ¡Hasta pronto!
Inglaterra, 1968. El blues y el rock, junto con el nuevo y palpitante folk-rock, se hallaban en un momento de expansión. Los hombres que habían pasado por los grupos de John Mayall, considerados como los mejores instrumentistas, se habían no sólo animado, sino también despertado con el éxito de Cream.
Si Clapton, Bruce y Baker habían entrado en la leyenda en un par de años, ¿por qué no podían hacer lo mismo otros grandes elementos, como Peter Green, Mick Fleetwood o John McVie? El nacimiento de Fleetwood Mac hay que considerarlo como uno de los hechos más relevantes de este tiempo.
En el año que nos ocupa, tras cumplir una primera etapa de formación, Fleetwood Mac asaltaba por primera vez las listas éxitos, culminando su escalada en 1969 con el nº 1 de 'Albatross' -aunque el single fuera editado en 1969.
Fleetwood Mac, formada en Londres en 1967, habría de convertirse, con los años, en la segunda gran banda surgida de las filas de los Bluesbreakers de John Mayall; y, aunque en la parte final de los 70, con muchos cambios y otra línea, su éxito se convirtiera en un alucinante carrusel de millones, no hay que olvidar nunca sus orígenes, ni tampoco que la etapa inicial fue la mejor ni la más purista de las muchas por las que atravesó el grupo, del que todos conocemos su largo y denso recorrido.
No hace mucho, cuando escribí el post sobre The Byrds, hablaba de las innumerables versiones que se han hecho a lo largo de los años de temas procedentes de la cosecha de Bob Dylan.
El caso que nos ocupa hoy es curioso. El tema en cuestión procede de 1963, de las canciones descartadas para el LP The times they are a-changing. Hasta 1985 no se publicó de manera oficial en el recopilatorio Biograph, que recogía temas publicados e inéditos -rarezas, hits, singles exclusivos y temas sacados de álbumes anteriores- entre 1962 y 1981, en una caja de 5 LPs y en un pack de tres CDs. Acompañaba a los discos un libro también.
Fairport Convention, una de las bandas de folk-rock más influyentes de la música británica, lo versionaron jnnto a otros temas de Dylan en su tercer ábum, Unhalfbricking. Así sonaba aquel 'Percy's song'. Una buena versión de una gran melodía.
Ayer leía que la banda canadiense Black Mountain se incorpora al cartel del Azkena Rock 2015. No los conozco mucho, pero sí recuerdo un tema que me gustó mucho en su día. Me refiero a 'The hair song', pista inicial de su tercer álbum, Wilderness Heart, publicado en 2010.
Sin ánimo de exagerar, podría calificar de histórico el concierto de The Long Ryders que presencié anoche en Valencia. Básicamente por dos motivos: porque no siempre se tiene la oportunidad de ver en directo a una de las bandas consideradas como más influyentes de la música americana de los 80; y además, porque creo que no se volverá a repetir la ocasión.
Con esa ilusión afronté la cita, y disfruté de lo lindo viendo desenvolverse encima del escenario a esta gente, a la que se le nota mucho las tablas que llevan a cuestas. Dieron buena cuenta de una parte considerable de su repertorio, tocando temas de todos sus discos, incluso de su EP de debut. Un setlist increíble, con algunos momentos álgidos que coincidieron con la interpretación de sus canciones más conocidas, para deleite del personal.
El mismo Sid Griffin -del que guardo ya para siempre como recuerdos una foto con él y un autógrafo- presentó el tema 'I had a dream', compuesto por Steve McCarthy, como su favorito de The Long Ryders. Yo también tenía un sueño, ahora ya hecho realidad.
En 1987 se publica el cuarto y último disco de The Long Ryders, Two Fisted Tales. Un trabajo que aúna todos los elementos que caracterizan la identidad de la banda en medio de la amalgama de grupos que se dedican en esta época a "revisar" los sonidos de los 60. Se trata de la fusión de los acordes de guitarra de Roger McGuinn, la sensibilidad country-rock importada directamente de Gram Parsons, y las sólidas raíces tradicionales de la música rock, cuestión esta última que queda patente con la primera pista del disco. Un trallazo en forma de potentes riffs de guitarra y contundente interpretación vocal.
Todo un temazo, quizá mi favorito de toda su discografía, toma el relevo. Curiosamente, no fue compuesto por ningún miembro de la banda. Firmada por Terry Adams, fue versionada también por Dave Edmunds. Pop en estado puro, con una soberbia interpretación en la voz solista.
Y le toca el turno a Steve McCarthy, que contribuye a la causa con una exquisita composición aderezada con un muy logrado acompañamiento. Sonido elegante donde los haya.
Sonido inundado de guitarras aparecen a raudales desde el comienzo del quinto tema del LP, 'Prairie Fire'. Un torrente sonoro de principio a fin, con un excelente acabado guitarrístico.
Reaparece Griffin con dos de los temas más melódicos de todo el disco. 'Boys In Toyland' y 'Long Story Short', que suenan como una especie de punto y aparte. De nuevo una gran interpretación vocal.
Para no perder la onda, McCarthy nos deja el sello The Byrds en este gran tema. Sobresale por encima de todo el inconfundible sonido de la Rickenbacker. Sonido años 60.
Sus andanzas por el sur del país se reflejan en la siguiente pista, introduciendo además instrumentos menos habituales, como la mandolina o el arpa, que dan al tema de Griffin un aire singular.
Para terminar el disco, McCarthy y Griffin, respectivamente, nos dejan dos joyitas que hacen que nos quede un gran sabor de boca después de la audición completa del LP.
Como es habitual en disco anteriores, una publicación posterior del disco en 1996 incluyó cuatro bonus tracks, dos de ellas con versiones de dos temas en directo
Esta noche los veré en directo en Valencia. Ya os contaré, pero seguro estoy de que no defraudarán.
P.D.: Por causas ajenas a mi voluntad, el título de dos temas, 'Boys In Toyland' y 'The Rest Of My Life', no aparece correctamente en su reproductor correspondiente.
Que en estos días se emita en España Sonic Highways, la serie de Foo Fighters, pues es una noticia relativamente atrayente.
Pero si en el capítulo que se centra en Seattle, cuna de Nirvana y del grunge, -según informa la página web de Rolling Stone-, y que trata sobre la transición de Dave Grohl entre la formación de Kurt Cobain y Foo Fighters, se rescata la etapa en la cual el entonces batería compuso más de 40 canciones en solitario, pues la cosa cobra interés. Sobre todo si se trata de temas inéditos, como por ejemplo este 'Hooker on the street'.