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The Smiths - 'The boy with the thorn in his side'

The Smiths

Compuesta durante su gira de 1985 por Johnny Marr y Morrisey, nominada por este último como su canción favorita de The Smiths, 'The boy with the thorn in his side' apareció publicada, como todo el mundo sabe, en el tercer disco de estudio de los de Manchester, The Queen is dead. La portada del single mostraba a un joven Truman Capote saltando. 

Portada de 'The boy with the thorn in his side'

La verdad es que pasó sin pena ni gloria cuando se publicó como single en otoño de 1985, alcanzando un pírrico puesto 23 en las listas británicas. Curiosamente, las versiones del single y del álbum son distintas, por lo que se refiere al sonido de cuerda de los teclados.



No es mi canción favorita de The Smiths pero sí está entre las que más me gustan de esta banda, formando además parte de un disco del cual se ha cumplido en estos días el 30º aniversario de su publicación, allá por junio de 1986. Parece que fue ayer.
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Lo nuevo de Drive-By Truckers, en septiembre

Drive-By Truckers
Se dice, se comenta que Drive-By Truckers publicarán el 30 de septiembre un nuevo disco. Dicho artefacto llevará por título American Band. 

El primer single que se ha publicado es ‘Surrender Under Protest’. Patterson Hood, Mike Cooley, Mike Patton, Jay Gonzalez y Brad Morgan han declarado que American Band contiene música de protesta inspirada por el espíritu de indignación moral que sacude los Estados Unidos en la actualidad.

Habrá que esperar tres meses para poder escucharlo. El adelanto no suena nada mal.


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Happy birthday, Paul!

Hace poco tuve el inmenso placer de reencontrarme con él en el concierto de Madrid. Celebremos que sigue entre nosotros, y que sea por muchos años más. Y ya van 74 primaveras!!



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Quadrophenia, obra clave de 1973

En el año 1973, Pink Floyd denunciaba con su tema 'Money' el excesivo poder del dinero en el mundo del rock. Y en mayor medida, encontró un mayor eco si cabe en Quadrophenia, la nueva ópera rock de The Who, editada ese mismo año. Pete Townsend llevaba el concepto de Tommy más allá de la función musical.


La historia del niño ciego, sordo y mudo tendría en 1973 un colofón espectacular con su trasvase al teatro, y su presentación en Londres, fue todo un éxito. Se hablaba incluso de llevarla al cine. Pero mientras Tommy continuaba latente, Townsend y The Who editaban Quadrophenia, uno de los mejores cantos rock de la década de los 70. Es tanto una imagen de la Inglaterra de mitad de los 60, como un planteamiento personal de cara a los 70. La historia de Jimmy, un chico sometido a las presiones de un mundo que suele ser demasiado grande cuando se es joven, pero que al mismo tiempo parece fácil de conquistar por esa energía de la juventud; es un canto de amor y muerte, de pasión y vida.

Pete Townsend, uno de los mejores poetas de la generación rock y el que mejor y más directamente resumía en sus canciones todo el germen de la rebeldía, el ensalzamiento, el éxtasis y el despertar brusco de las distintas sub-generaciones desde mediados de los 60, volvía a mostrarse insolente, purista, desafiante y, por una vez más, revelador en su gran obra.


El doble LP, con un éxito inmediato en Estados Unidos e Inglaterra, tardaría en causar el revuelo de Tommy o en crear el impacto posterior gracias a su conversión cinematográfica, tuvo un papel fundamental en aquel año.

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Baby, I'm amazed: Paul McCartney (Madrid, 02/06/16)

Lo del jueves en Madrid, en el concierto de Paul McCartney, fue algo así como una experiencia religiosa. Reconozco que no puedo ser objetivo en este asunto: Hay cosas que trascienden la lógica y el análisis frío reflejado en una crónica. Con McCartney aprendí a tocar la guitarra, suya fue la primera canción que toqué, con él aprendí a cantar en inglés… 

Éramos unos críos que íbamos al colegio y estábamos encandilados con los Beatles. Nos juntábamos a cantar sus canciones al compás de mi vieja guitarra española a la que conseguía sacarle todo el partido posible. Curiosamente, mi compañero de escuela, que más tarde compartiría conmigo mi primer grupo musical, estuvo a mi lado viendo el concierto de El Calderón. Una preciosa casualidad. 


Para mí fue algo muy entrañable, algo sentido en lo más interno de mi ser. Supongo que os resulta familiar la experiencia de llegar a estremecerse simplemente con escuchar una melodía, un fraseo de guitarra…. algo asimilado como propio con el paso de los años. El vello se me ponía de punta cada dos por tres como queriendo elevarse y agarrar aquellos sonidos tan familiares que provenían del escenario.

Casi cuarenta temas cantados, dando repaso a toda su discografía, tanto de los Beatles –sólo faltaron temas de tres álbumes de los Fab Four de un total de veintitrés interpretados-, como de los Wings y de su carrera en solitario, un repaso tal que abarcó casi sesenta años entre la primera canción grabada por The Quarrymen (cuya interpretación me encantó) hasta los temas de su último disco. No me he querido entretener en desglosar el tracklist. Seguro que os podéis hacer una idea. 

En 1989 lo vi por primera vez. Aquel fue un concierto igual de impactante, pero distinto. Flipé con aquella actuación, uno de los mejores si no el mejor concierto al que he asistido en mi vida. Paul tenía 47 años entonces. En esta ocasión tiene casi 74. Las cifras se han dado la vuelta -tanto monta monta tanto- La emoción ha aumentado de forma progresiva en todos estos años, alimentando la esperanza de verlo de nuevo. Había que estar ahí, así que deseo cumplido.

Así sonó el jueves aquella primera canción que os contaba que aprendí a tocar hace unos cuarenta años:

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