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El festival de Woodstock

Los días 15, 16 y 17 de agosto de 1969 (bajo el lema "Amor, paz y música") se celebró en Woodstock (Bethel, estado de Nueva York) el Woodstock Music and Arts Fair, más conocido mundialmente como Festival de Woodstock. La audiencia, estimada en medio millón de personas, determinó el nacimiento de la llamada "nación de Woodstock", símbolo máximo de la fuerza de la música en los 60 y auténtica bandera de toda una generación en su búsqueda de su propia identidad.
Los participantes en el festival son irrepetibles: Crosby, Stills, Nash and Young, Richie Havens, Who, Joan Baez, Joe Cocker, Ten Years After, Santana, Jimi Hendrix, Credence Clearwater Revival, Grateful Dead, Jeffersson Airplane, Blood Sweat and Tears, Johnny Winter y muchos más. Durante los tres días, fueron grabadas y filmadas 72 horas de música casi ininterrumpidas. Woodstock se convirtió en la culminación del movimiento hippie y del proceso de revolución social y musical iniciado en los 60. Se editó un triple álbum en 1970, del cual se vendieron solamente en ese año más de dos millones de copias. La película supo captar toda la esencia de lo que había sido Woodstock, desde la construcción del escenario y el atasco formado por el público que acudía a la cita, hasta los planos finales, en la soledad de la llanura vacía, cuando todos regresaban ya a sus casas. El hecho de que durante tres días, y en un ambiente hostil por lo precario de la situación, medio millón de personas convivieran pacíficamente fue lo más relevante a nivel social, en un país donde la violencia es casi natural. Aunque las condiciones de vida eran bastante negativas, la música y la sensación de que allí estaba "pasando algo" eran lo fundamental. Con Woodstock, una sociedad puritana y atávica desaparecía de raíz. Cuerpos desnudos de chicos y chicas, con sus ropas secándose al sol, bañándose o descubriéndose los unos a los otros, produjo una reacción inmediata entre sus asistentes, y una posterior entre los herederos del influjo del festival.
De hecho, produce aún hoy una sensación de novedad en quien descubre su significado, bajo el prisma que sea. Sólo se es joven una vez en la vida y, en contadas ocasiones, experimentamos la auténtica y real sensación de la libertad. Para los buscadores de sensaciones, Woodstock fue la panacea: zonas para practicar el yoga, bosques donde perderse, espacio, música constante... Sólo cuando la última nota sonó en el festival y alguién dijo adiós, la realidad se hizo de nuevo patente. Los asistentes volvieron a sus casas con la idea de que haber tomado parte en algo, y eso era mucho más de lo que muchos podían siquiera soñar. Bajo el estigma de la paz, Woodstock era ya el canto más importante de toda una década.

2 comentarios :

  1. Wow!, Woodstock, increible festival, quien pudiese dar marcha atrás en el tiempo y aparecer por ahi, tumbarte en la hierba y disfrutar de los grandes de la música de aquel momento.

    En fin, habrá que conformarse con el Viña Rock y similares, es lo que más se asemeja en estos tiempos jajaja.

    Un saludo!

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  2. Sería increíble repetir ese momento de nuevo, pero creo que es una utopía, el concepto de la música y la visión del mundo y la sociedad han cambiado tanto que ya no queda nadie que se disponga a hacerlo por el espíritu y la música.
    Ahora solo quedan festivales donde la entrada es cara, no te dejan meter bebida para que consumas en las barras, los grupos tocan su repertorio y desaparecen...
    Dile a cualquier grupo que toque de día como Hendrix...

    El consumismo y el afán por enriquecerse hace que Woodstock sea irrepetible.

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