Bob Dylan - Nashville Skyline

Entre John Wesley Harding y Nashville skyline, a Bob Dylan le ocurrieron pocas pero importantes vicisitudes. Las principales fueron la muerte de su padre y el reencuentro o redescubrimiento de su fe judía, de su sionismo. El hombre y el poeta de John Wesley Harding están en contraposición con el cantante que actúa a comienzos del año 68 en el concierto en memoria de Woody Guthrie, porque en vivo su sonido no tiene el mismo punch correoso de sus álbumes rockeros.

Así pues, cuando graba y edita Nashville skyline, el despertar vuelve a traernos vientos de placidez. Nahsville es precisamente el álbum country de Dylan.

Todo lo apuntado en el LP anterior se manifiesta aquí con vigor y firmeza. Country puro, sabores de acampada campestre al calor de la hoguera, bailadas con el sonido de banjos y mandolinas, arrulladas por la steel-guitar y el rasgueo de los guitarrones country.

En el inicio de un nuevo universo sónico, Dylan no hizo causa común con la vanguardia. En el comienzo de un estilo intimista y directo, en el que pudo haber sido el rey, no quiso incluirse. En pleno boom del rock como fórmula total, se olvidó de sí mismo y de que, apenas unos años antes había sido el primero en electrificarse. Más bucólico, metafórico y lánguido que nunca, hizo este disco. Evidentemente, sólo él podía hacerlo... y vender más de un millón de copias.