Paul McCartney - "Waterfalls"

No es extraño que un músico, o una banda, grabe y publique un disco experimental, una nueva forma de buscar nuevos sonidos o nuevas ideas. Esto es bastante loable, por lo arriesgado que puede llegar a ser. Toda una carrera musical puede verse en peligro por estas experiencias hasta cierto punto aventuradas.

Pero bueno, también es verdad que hay muchos artistas que se lo pueden permitir, más allá del éxito que pueda llegar a tener un disco de estas características. Eso creo que pasó cuando, en el año 1979, Paul McCartney se encerró en su granja de Escocia y se puso a escribir canciones, más de veinte, que se plasmarían después de cierto tiempo dejadas de lado en su LP McCartney II (1980), sin duda el trabajo más extraño y oscuro del ex Beatle.

Era su primer álbum en solitario desde la formación de Wings en 1971. El resultado fue un puñado de grabaciones inundadas de músical sintetizada, interpretadas en su totalidad por McCartney, y que ciertamente suponía todo un reto para los oídos de los fans del artista, que no estaban acostumbrados a este tipo de música del de Liverpool, yo el primero.

Aparte de "Coming Up", un pelotazo comercial con la que se abría el LP, hay un tema que a mí siempre me ha maravillado por su rareza y su simplicidad al mismo tiempo, por paradójico que pueda parecer. Una melodía cautivadora y poco convencional,  de la que destaca la personal voz de Paul McCartney acompañada solamente por un piano eléctrico y un sintetizador: "Waterfalls", el cuarto corte del disco.