The Wall, decimotercer álbum de Pink Floyd, editado en noviembre de 1979, ha pasado a ser uno de los grandes clásicos del rock y cuya atmósfera morbosa y depresiva ha inspirado a muchos otros músicos de rock. Con un coste de 700.000 dólares, el álbum consiguió veintitrés discos de platino y se sitúa como el disco más vendido en los años 1970 y en el tercer lugar de los discos más vendidos de todos los tiempos. Su single "Another brick in the wall, part 2", del cual tenéis el vídeo en la sección VÍDEOS MUSICALES, es el mayor éxito en sencillo del grupo.
La historia nos retrata la vida de una estrella ficticia del rock llamada "Pink", que se convierte en un antihéroe mentalmente enfermo debido a los traumas que la vida le va deparando. La muerte de su padre en la 2ª Guerra Mundial en una acción en la que los mandos británicos sacrificaron a muchos soldados, la sobreprotección materna, la opresión de la educación británica, los fracasos sentimentales, su mundo de superestrella, etcétera, son convertidos por él en ladrillos de un muro que lo aísla, construido con el fin de protegerse del mundo y de la vida, pero que le conduce a un mundo de fantasía autodestructiva. Durante un intento de suicidio con drogas, la alucinación lo convierte en un dictador fascista, el polo radicalmente opuesto a lo que "Pink" siente y es, señalando el punto sin retorno a la locura, pero que finalmente "Pink" no quiere traspasar. Finalmente se celebra "un juicio" ficticio y simbólico contra "Pink", que termina con la condena de derribar el muro y exponerse al mundo exterior, en una liberación final que permite a "Pink" volver a "fluir".
Pink Floyd desarrolló una corta gira con The Wall entre 1980 y 1981, pero sólo en unas pocas ciudades (Nueva York, Los Ángeles, Londres y Dortmund). El espectáculo incluyó la proyección de secuencias de animación que posteriormente servirían para la película, así como reproducciones de los personajes como gigantescas marionetas. El espectáculo comenzaba con los supuestos miembros de Pink Floyd con las caras cubiertas por máscaras, para ser poco a poco ocultados a la audiencia por la construcción de un gigantesco muro en el que se sucedían las proyecciones y las actuaciones de las marionetas, y que finalmente era destruido de forma explosiva durante "The Trial" (el juicio), todo ello según se desarrollaba la propia historia.
Este impresionante montaje requirió importantes cantidades de dinero, lo que ocasionó un desastre económico para Pink Floyd. Irónicamente, Richard Wright, que había abandonado el grupo durante la grabación en 1979 y que participaba en estos conciertos como músico a sueldo, fue el único que ganó dinero con la producción.
Este impresionante montaje requirió importantes cantidades de dinero, lo que ocasionó un desastre económico para Pink Floyd. Irónicamente, Richard Wright, que había abandonado el grupo durante la grabación en 1979 y que participaba en estos conciertos como músico a sueldo, fue el único que ganó dinero con la producción.
(Fuente: Varios)
A continuación, os dejo un vídeo de uno de los conciertos de la gira The wall, concretamente en el Earls Court de Londres, en 1980. Aunque no tiene mucha calidad, supongo que merece la pena revivir estas escenas. Todo un lujo para nostálgicos.
Buah, que pedazo de grupo!, me encanta Pink Floyd, buena entrada si señor.
ResponderEliminarPues te agrego a msn ok?.
Saludos!