En enero de 1964, después de la edición de su tercer álbum, The times they are a-changin', Bob Dylan sube a una ranchera y con algunos amigos inicia un viaje sorpresa por Estados Unidos. Por el camino, ya en febrero, se entera de que cuatro ingleses, los mismos que suenan a todas horas por la radio, tienen colocados ocho temas entre los diez más vendidos del país. ¡Ocho canciones sobre diez! Dylan, anonadado, confiesa haber parado la ranchera para meditar.
La idea de querer "ser más grande que Elvis" perduraba aún en su mente, pero... allí estaban, realmente, unos que sí eran más grandes que Elvis. Ahora tendría que intentar ser más grande que The Beatles, pero ¿como conseguir colocar más de ocho canciones entre las diez primeras de la lista de ventas para ser más grande que ellos.
Lo que no sabe todavía Bob, en este momento, es que The Beatles trazarán en él la más notable influencia desde los días de sus grandes ídolos James Dean y Woody Guthrie. Evidentemente, el "boom" Beatle tiene para Dylan unas connotaciones más resonantes que que las del simple éxito de unas canciones. Es el éxito de una moda, de un estilo, de un sonido.
Hay muchísima gente que aborrece totalmente a Bob Dylan y no se dan cuenta del papel fundamental que jugo en la música de los 60.
ResponderEliminarQue época tan maravillosa cuando coincidieron los mejores discos de Dylan y Tha Beatles y además volvió Elvis, como finales de los 60 no hay nada
Esta entrada es una reivindicación sobre aquella época en la carrera musical del viejo Bob.
EliminarUn abrazo!
No creo que sea discutible el legado que nos ha dejado y los rastros para los que están llegando.
ResponderEliminarDesde luego que no, Chupi!
Eliminarpues un hurra por la ambición artística de este hombre y sus deseos de trascender!
ResponderEliminarYa te digo. Un hurra, y dos si hace falta!
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